Callejeros, tesis para la TV post-soviética (II)

jueves, 16 de septiembre de 2010
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Fotograma de "El hombre con la cámara"

La sociedad que vive en el actual Estado Español conoce perfectamente el programa Callejeros, aquel en el que un cámara, el ayudante de éste y otra persona entrevistando están presentes en momentos cotidianos de la vida diaria como un control de tráfico, una venta de drogas en un barrio conflictivo (guiño a Barricada) o la nevera de algúna vivienda social. Este formato luego fue reciclado enseñando casas de ladrones de plusvalía o historias de compatriotas en otros lugares del mundo. ¿Es fruto de la casualidad, de una mente biempensante tras una mesa y bajo el logotipo de una multinacional? Este tipo de programas no serían nada sin Dgiza Vértov y su kino-glaz (Cine-Ojo) que revolucionó el concepto de documental. Sólo hay que ver su "Hombre con la cámara" (1929) para darse cuenta que todo aquello que nos rodea es fruto de mentes vanguardistas que ofrecieron al mundo un episodio como la Revolución de Octubre de 1917. Filosofía cinematográfica en estado puro con montajes en una época donde sólo existían tijeras y buen pulso para crear efectos especiales.



El film muestra la vida diaria de varias ciudades soviéticas como la actual San Petersburgo (en 1929 llamada Leningrado) u Odessa.